Un orificio en la pared de la Villa Olímpica en Ayutuxtepeque, San Salvador, permite echar un vistazo al entrenamiento de lucha. Unos 200 atletas y siete entrenadores forman la Federación Salvadoreña de Luchas. Se practica en San Salvador, San Miguel, San Vicente, Santa Ana y Acajutla. Es un deporte que tiene sus inicios en el país a finales de los años 60 entre soldados de la Fuerza Armada. Las mejores medallas de este deporte para El Salvador son de Panamericanos, una de plata de Ingrid Cuéllar en Río de Janeiro 2007 y una de bronce en Guadalajara 2011, de Luis Portillo.

Desde hace tres meses, el Indes ha dado acogida a un grupo de luchadores en la Villa Centroamericana, en un espacio mal ventilado y pequeño. Su entrenador, Juan José Rodríguez, cuenta que antes se entrenaban en la casa comunal de la urbanización La Gloria, en Mejicanos, pero algunos pandilleros empezaron a visitarlos. Eso causó temor en la mayoría de padres de familia y atletas. Para salvar al grupo han aceptado la solución que se les ha brindado. El deporte sufre con la violencia. La luchadora de 15 años Alison Renderos fue asesinada a machetazos y enterrada en un cañal en San Vicente. Su pecado era vivir en una comunidad dominada por pandilleros.

Dos niñas entrenan en el gimnasio de la Federación Salvadoreña de Luchas en el estadio "Jorge Mágico González". En las juegos olímpicos hay dos estilos de lucha, la libre y la grecorromana. La diferencia entre ambas es que en la grecorromana solo se puede derribar al contrincante utilizando los brazos y la parte superior del cuerpo. En el libre se permite el uso de piernas. En las olimpiadas la lucha estilo libre tiene 11 categorías para mujeres y hombres divididas por pesos. La grecorromana tiene 7 categorías solo para hombres. En la actualidad en El Salvador se practica únicamente el estilo libre.

El entrenador Juan José Rodríguez muestra a sus alumnos una técnica de brazos para someter al rival. El Faro entrevistó a este entrenador hace siete años y contó cómo en El Salvador hay barreras culturales que hacen poco atractivo el deporte, como el tipo de vestimenta ajustada que se utiliza y el contacto cuerpo a cuerpo con personas del mismo sexo. Lea la plática completa.

Este es el destartalado salón donde practica lucha el grupo del profesor Juan José Rodríguez, en la Villa Olímpica. En esta habitación apenas cabe la mitad del círculo de combate de este deporte, que es de 12 metros de diámetro.

A pesar de la mala ventilación y el escaso espacio, los practicantes no se desaniman y siguen asistiendo a los entrenamientos en la Villa Olímpica, pero las condiciones no dan muchas opciones para el crecimiento del grupo. La falta de recursos en el deporte salvadoreño es un mal crónico que ha empeorado con el actual gobierno, que ha disminuido la inversión en la mayoría de especialidades. La lucha puede considerarse una excepción y es una de las federaciones que más dinero ha recibido durante el último año por parte del Indes. Este tuvo un presupueto de 12 millones de dólares, 44 veces menor que el de Seguridad Pública, que es de 532 millones.

Un niño rescatado por el ISNA de un hogar donde era golpeado, está ahora bajo el cuidado de una ONG. Es parte de un grupo de menores de edad abandonados y maltratados que reciben entrenamiento en el  gimnasio de la Federación de Luchas en el estadio Mágico González, de San Salvador. El entrenador Germán Padilla, con 28 años de experiencia, asegura que este deporte crea personas integrales. "Estos niños llegaron acá sin ninguna capacidad de seguir instrucciones. Eran como animalitos. Tienen problemas de deficiencia de atención pero han avanzado mucho. Sus cuerpos están más fuertes y su autoestima ha aumentado mucho."

Adolescentes que forman parte de la selección nacional se entrenan en la sala de pesas de la Federación de Luchas. El entrenador Germán Padilla lamenta la falta de promoción de los deportes. Compara la cantidad de atletas de lucha en El Salvador (200, uno por cada 30 mil habitantes) y los Estados Unidos (35 mil, uno por cada 8 mil 500 habitantes) y concluye que en parte eso es gracias a que es un deporte que se promueve en las universidades estadounidenses. En Cuba hay mil 500 entrenadores de este deporte y en El Salvador hay siete. "Hay jóvenes que tienen un talento nato para algún deporte. Los gimnasios de pesas privados permanecen llenos de esos jóvenes que les gusta ejercitarse pero no han descubierto el deporte con el cual podrían representar al país".

Mujeres y hombres practican el deporte juntos a la hora de los entrenos y eso enseña a los jóvenes a respertarse mutuamente.

Entrenamiento en la Villa Olímpica, Ayutuxtepeque. La historia de la lucha salvadoreña en los Juegos Olímpicos tiene su última aparición con la luchadora salvadoreña Ingrid Cuéllar, quien logró clasificar para los de Pekín 2008 y logró entrar entre los primeros 10 lugares en su categoría hasta los 48 kilogramos. Pero para ello estuvo entrenando cinco años en Estados Unidos, a donde migró para buscar una mejor vida. No logró clasificar para Londres 2012. En todo el mundo la tendencia en todos los deportes es el profesionalismo, un privilegio que goza exclusivamente el fútbol en el país y parcialmente el baloncesto.

El deporte crea vida social a los atletas. Encuentran a amigos de por vida y además puede ser una ayuda económica, sobre todo si se es muy pobre. "¿Ve a aquel niño?", pregunta el entrenador Germán Padilla, mientras señala con un dedo a uno de sus pupilos, de 11 años. "Su padre trabaja de vigilante y su mamá de muchacha en una casa. Ser seleccionado nacional le da derecho a 25 dólares y 17 raciones de comida al mes. Dígame si no es una ayuda importante para la familia".