Nombre: Elena Salamanca.
Ocupación: Escritora e historiadora.
Edad: 29 años.
Pienso en la firma de los Acuerdos de Paz y me pongo eriza. Me doy cuenta de que yo tenía 9 años. Me desperté esa mañana muy temprano, muy entusiasmada para ver por la televisión cómo se firmaba algo que yo no imaginaba muy bien, algo que no comprendía. Mi mamá, mi abuela, Ángela, la muchacha que hacía la limpieza, y yo nos despertamos temprano para ver la transmisión por televisión. Nos sentamos frente al televisor y comentamos con entusiasmo cada cosa: si el presidente besaba a su esposa, si se daba la mano con el enemigo de la guerra, si los arreglos florales, si el presidente de México era pelón, si en México había un castillo, si en México había niños héroes -esa historia me dañó mucho: niños que mueren por la patria; ahora niños mitad leyenda, mitad verdad. Yo pensaba que a mi papá le gustaría mucho haber visto eso, aunque hubiera sido por la tele, pero hacía siete meses que mi papá había muerto: mi papá fue uno de esos asesinados por la violencia, por la delincuencia de esos años de guerra: lo asaltaron, se opuso, lo mataron. Así que esa mañana de enero me asomé a la paz como una niña de la guerra -acostumbrada ver a los políticos en la televisión como quien ve sus caricaturas- y como una huérfana de la postguerra. Yo no tenía muy claro qué era la guerra pero tampoco tenía muy claro qué era la paz. Veinte años después tampoco tengo claro de qué se trata la paz."