Homicidios se desploman producto de la tregua entre pandillas

Existen hechos o fenómenos cuya importancia les da suficiente valor por sí mismos como para aparecer en cualquier resumen del año independientemente de si se vieron recogidos explícitamente en alguna pieza periodística. El primer desplome significativo –muy significativo- de los homicidios ocurrido en la era postguerra civil en El Salvador es, con seguridad, lo más trascendental que le sucedió a las familias salvadoreñas en 2012. No hay un bien más valioso que la vida, y el hecho de que por cada 10 homicidios que se cometían en este país hasta inicios de marzo ahora solo ocurran 4 o 5 no tiene comparación en términos humanos e institucionales. El Salvador sufría en promedio casi 14 asesinatos diarios a inicios de marzo de 2012, y ahora el promedio se mantiene ligeramente por encima de los cinco. Si por algo valdrá la pena recordar el año que está terminando será porque la epidemia de asesinatos se alivió suficiente como para que El Salvador deje, con seguridad, el puesto del segundo país más violento del mundo que le otorgó Naciones Unidas el año anterior.

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